Los tumores cutáneos se han tratado mediante escisiones anchas y profundas durante muchas décadas, sin embargo en los últimos años se han reducido los márgenes quirúrgicos sustancialmente sin disminuir la supervivencia y evitando las cirugías tan desfigurantes.
La necesidad de obtener unos márgenes libres de tumor cada vez más ajustados requiere de una incisión quirúrgica exacta y de una correlación anatomo-patológica que lo confirme.
Las discrepancias entre las medidas quirúrgicas (in vivo) y anatomo-patológicas de los especímenes quirúrgicos son frecuentes en la práctica clínica diaria debido a la contracción de la piel.